Un histórico del básquet platense

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Son 70 años que me ligan al básquet. Empecé a jugar a los 10 u 11 años, como antes se empezaba. En un club de barrio, en Sarmiento, que ahora no está más.  Después fui referí y después me dediqué a la enseñanza de los “pibes”. Y ahora sigo colaborando con el básquet menor, que es lo que me interesa.

De todos esos rasgos que te caracterizan: jugador, árbitro, formador; ¿la que mejor te cabe es formador?

No sé si es la palabra formador. A mí lo que me interesa es fundamentalmente sacar al chico de la calle. O sea por medio del deporte, intentar educar. Si llegar a jugar bien, mejor, por supuesto. Pero la idea es esa: que estén protegidos, cuidados y se vayan desarrollando y educando a la vez. Y el básquet es ideal. Es menos competitivo que otros deportes y hace que el chico gane amigos, que es lo que gracias a la vida me dio este deporte: una  gran cantidad de amigos.

¿Considerás que en ese punto, el hecho de sacar a los chicos de la calle y que agarren una pelota y jueguen al basquet es una victoria o querrías que fuera aún mayor?

No, no. A mí lo que me interesa…es más cuando yo dije que empecé a jugar a los 10,  ahora hay una categoría en el club que se llama “Mosquito” que es de tres a cinco años, y los padres quieren sacar a Ginóbili a los tres años. Es la lucha permanente, pero no de ahora, de siempre. No sé si porque el padre se frustró y quiere figurar a través del hijo,  o quiere que el hijo sobresalga, o quiere salvarse como si tuviera a Maradona. Pero el chico tiene que llegar al club con una sonrisa e irse con una sonrisa y querer ir a jugar, a divertirse. Es un juego. Por eso recién en mini básquet, se compite a partir de los 13. La idea es que jueguen, que se diviertan y que quieran ir a jugar. Al mismo tiempo, los sacamos un poquito, no sólo de la calle, sino de la computadora y todo lo demás. 

De los otros males…

No son males. Son avances. Hemos tenido que cambiar el horario de los partidos. Antes se jugaba a la mañana. Ahora si jugás a la mañana no vienen ni los referís, ni los jugadores. Tenés que estar buscándolos. Es un problema de época, no de trabajo. Además la situación de los padres no es la de antes. Ahora trabajan los dos. El chico, más que todo está como en una guardería, no en un club. 

Recién decías lo del juego de los chicos y demás. A los padres ¿cómo se les explica?

Hay que hablar mucho. Yo tengo la suerte que tengo tiempo y estoy en el club. A mí me sirve, porque es una inversión. Estoy en el club de Tolosa y conversando, insistiendo y explicando. Siempre vas a tener algún problema porque no todo lo van a tomar a bien, pero se consigue. No hay directivos, no es como antes. Los padres están muy ocupados. Antes el padre iba a trabajar a la mañana y a la tarde iba a al club a colaborar. Ahora para poder juntar alguien a trabajar es un esfuerzo muy grande. Es caro, porque la idea es que el chico vaya al club, pero que no le cueste.  Hay familias que tienen dos o tres chicos y no los mandan por razones económicas. Yo hablo de un barrio. Creo que es el general. No hablemos del centro. Pero en los clubes de barrio es un problema, les cuesta mucho. Entonces, o se beca algún chico, o se busca publicidad, o se hacen rifas. Se busca la forma de aliviar la cuota para que el chico vaya. El esfuerzo es grande y se necesita más gente trabajando en esto. 

Recién usted mencionaba la necesidad de salir a buscar recursos para alivianar las cuotas y hablábamos un poco fuera de aire, ¿cómo es esto de las 30 publicidades?

Yo había estado en el año ´80 en Tolosano. Después me fui y volví ahora en el 95. No había básquet. Empezamos de a poco,  con dos veces por semana, media hora. Empecé yo solo, porque no había nada. Y después surgió la idea de poner alguna pequeña publicidad. Entonces se hicieron carteles. Había un señor que los pintaba a mano y nos salía más barato. Se le cobra, a la persona que colabora, de Marzo a Diciembre, una cuota por esa publicidad en el club. En este momento tendremos 40 carteles que varían en cuanto al precio. Son de uno por uno o de uno por dos el tamaño. Pero hay empresas o lugares donde realmente no me pagan con efectivo. Por ejemplo “MAM”, la casa de cueros. Veía que les daban en un programa de televisión artículos caros de cuero a los jugadores de fútbol. Y yo digo “cómo, con lo que ganan los jugadores de fútbol.  Vamos a ver qué hacemos”. Voy, toco timbre, y el dueño había sido jugador mío en Unidos del Dique en el ´74. Y él me da cada tres o cuatro meses algo y yo hago una rifa. Y con eso cubre el cartel de él, que está permanente. Así otras casas, como por ejemplo, “Villar Refrigeración” a lo mejor paga un poco menos, pero si necesitamos un caño o una canilla para el club, por ahí colabora. Esa es la manera de ahorrar, porque hay mucho gasto. No sólo del club. La luz, los jueves,  asociación. Es difícil. 

Comentabas lo que fue arrancar la actividad en un club, ¿nos podés dar un poco más de detalles de cómo fue? ¿Cómo es comenzar de cero?

Bueno, yo comento lo que yo hice. Hice unos dibujitos de un jugador de básquet invitando a jugar al básquet. Hice 100 o 150 folletos y me fui por los negocios, pidiendo autorización para poder pegarlos. Empecé por la zona de Tolosa y después más lejos. Y también a la salida de los colegios, repartiendo folletos con alguien que me ayudaba. Así se fue corriendo la voz y se va sumando. Y yo creo que tratándolos bien a los chicos y generando que se diviertan, suma.  Fui en el ´95 y me dijeron que no, que ahí había patín y quiniela, y el fútbol. Entonces me fui un año a Chacarita Platense para entretenerme, hacer algo que me gustaba. Y después volví a Tolosano en el ´96 y ahí empecé.  Ahora tenemos muy bueno que están enseñando. Lo importante es eso, y es una obsesión que tengo, que se de una buena fundamentación de los chicos en el básquet. Veo jugadores de divisiones superiores que no saben hacer un pivot o que no saben tirar un gancho (que no lo enseñan más), o driblear, y eso me enferma. Entonces la obsesión es que haya buenos técnicos abajo. Para eso lo dirigentes tienen que saber elegir. Porque en otros clubes traen a jugadores para jugar en Primera, le dan un viático y le dicen: “tenés que dirigir los mini”. Y a mí me pasó en un club que me vino a decir un jugador si le prestaba un silbato porque tenía que dirigir a los mini, y lo único que hacía eran picones. Me parece que ahí está la falla. Nosotros tenemos la suerte de tener un grupo muy trabajador, que se preocupa muchísimo. Tenemos defectos como tienen todos, pero se van corrigiendo sobre la marcha. Se conversa mucho y siempre tratando de proteger al chico.

Justamente, en uno de nuestros anteriores programas, Facundo Petracci nos decía que él veía como posibilidad para mejoría del básquet, insertar a los mejores técnicos en las categorías formativas para que los chicos aprendan las bases de todo esto. 

Yo tengo la suerte de que en el club, tengo tres chicos que jugaron siendo minis míos que están colaborando. Y uno en Primera que es el hijo del presidente de la Asociación de Básquet, que se sumó ahora. Lo que decía Petracci es cierto, pero yo noto también que no se reúnen o no uniforman criterios. Estoy viendo que se dictan clínicas de ENEBA muy buenas, pero ahí se termina. No se reúnen a charlar, no se sacan la camiseta del club en el que están. No piensan en La Plata. En el año ´73 se jugó el primer Provincial de básquet que jugó La Plata en Bahía Blanca y los técnicos de Bahía se reunían antes de empezar el torneo, y los 10 diez técnicos decían cómo iban a jugar los equipos. Los equipos jugaban todos de la misma manera. Entonces en el momento de hacer la selección, buscaban el mejor base, el mejor poste, hacían el equipo y asís salían a la cancha. Y nosotros no. Me parece que tenemos que insistir en eso: fundamentar a los chicos.

¿Cómo fue armar el basquet en un club tan escaso de recursos como Chacarita Platense?

En esa época el presidente de Chacarita era Brega.  Yo fui a preguntar si se podía hacer básquet, sobre todo por esa zona, Altos de San Lorenzo, toda esa zona. Es una parte muy pobre de La Plata. Hicimos lo mismo que en Tolosa. Pero es una zona que está muy limitada porque en 31 tenés el cementerio, la vía está del otro lado. Pero así y todo venía un grupo de chicos. Lo que pasa es que el club económicamente no podía sostenerlo. Es más, en esa época Gimnasia no tenía cancha, y tiene un gimnasio hermoso el club. Si lo adecuás, puede ser uno delos mejores de La Plata. Pero no se invierte, o el Estado no lo vió, o no se han preocupado. Con respecto al Estado te repito lo que decía recién.  A mí me parece que en vez de darle 50 mil o 100 pesos a una institución para jugar un provincial, yo le daría 2000 pesos a los 25 clubes que hay en La Plata para comprar pelotas.  Se me ocurre a mí. Hay que apoyar a los torneos provinciales para ir a competir y saber dónde estamos parados. Porque si no vamos a los provinciales no sabemos cómo juegan Junín, cómo juega Bahía, cómo juega Pergamino. Y está el egoísmo ese que te digo yo de querer ganar.

Una de nuestras frases para publicitar y promocionar tu llegada acá era: “cuando me muera no me manden flores, si no que compren pelotas para los clubes”; ¿seguís pensando lo mismo?

Ni lo pienso. Me salió de adentro el otro día. Ni sabía que me iban a homenajear ahí en el 75 Aniversario de la APB. Es lo que siento. Las flores se secan; y con la pelota pueden entretener a los chicos. Y yo voy a estar contento. Pero les aclaro que no tengo ningún apuro eh…

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