Se cumplió una década del ascenso de Estudiantes al Torneo Federal

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Un 5 de marzo, pero de 2011, Estudiantes venció a Sportivo Pilar en el Pedro Osacar y logró el ascenso al Torneo Federal. Dialogamos en exclusiva con el entrenador de aquel equipo Pincha, Gustavo Pérez, que recordó con lujo de detalles ese Provincial de Clubes y marcó lo que significó el logro a una década de haberlo conseguido.

¿Qué recordás de aquel Provincial en el que ascendieron?

Fue duro. El armado del equipo fue difícil, pero ya veníamos con todo el rodaje del torneo local, se conformó un muy lindo grupo, con jugadores en altísimo nivel. Ese rodaje nos permitió llegar en un buen nivel al inicio del torneo. Nos tocó una zona que todos la llamamos de la muerte, porque estaban San Lorenzo de Chivilcoy, Saladillo, Sportivo Escobar, Chacabuco y nosotros. Tanto San Lorenzo, que terminó siendo el campeón del torneo, como Saladillo, Escobar y nosotros estábamos muy parejos en nivel y solamente clasificaban dos. Pudimos entrar segundos detrás de San Lorenzo, en una zona durísima. Después tuvimos el primer cruce con desventaja deportiva ante Argentino de Tres Arroyos, que fue muy duro, acá ganamos fácil pero allá perdimos el segundo en la última bola y el definitorio lo ganamos en tiempo suplementario, durísimo, con mucho calor y muchísima gente. Ahí nos dimos cuenta lo duro que sería. El siguiente cruce nos tocó Atenas, que había eliminado a Unión, y el no tener que viajar y la ventaja de localía hicieron que pudiéramos ganarle a Atenas en los dos de local, el último con mucha claridad. En semifinales nos tocó de nuevo San Lorenzo de Chivilcoy, que acá le ganamos con claridad y allá perdimos muy cerrados ambos partidos. La última chance era jugar con Sportivo Pilar, perdimos el primer partido allá, pero impusimos la ventaja de localía y nuestro juego para quedarnos con ambos partidos. Ahora a la distancia se lo ve con bastante comodidad, pero se sufrió bastante y logramos algo que fue histórico como el ascenso.

¿Cómo se veían en la previa al torneo?

Habíamos armado un equipo con varias incorporaciones, como Bendel, Bareiro, Pujol, Herrera, después se sumó Sebastián Sartorelli. A ellos se sumaron los jugadores del club. Tuvimos mala suerte en el inicio porque se lastimaron Gerardo Maldonado antes de comenzar el torneo, y Mateo Monaldi se rompió el ligamento cruzado de la rodilla derecha en el primer partido con Escobar. Eso hizo que quedara el equipo más corto, pero de todas formas teníamos muy buen equipo. Pensábamos hacer una muy buena campaña, pero de ahí a pensar que estábamos para ascender, no puedo mentir y decir que era eso. Pensábamos llegar lo más alto posible, pero se fueron dando las cosas y después no fue sorpresivo porque el equipo fue tomando rodaje y mucha valentía. Era un equipo que ganaba mucho de visitante y por eso se logró el ascenso.

¿Qué sentiste al lograr el ascenso?

En el momento que se logró en el ascenso fue increíble. Después de un torneo largo, que había comenzado en septiembre de 2010, con muchos viajes, casi sin descanso, un torneo local a la vista, fueron momentos de mucha tensión, de tener el objetivo cerca de ascender. Fue un desahogo enorme, una alegría indescriptible. Me ha tocado como entrenador tener la suerte de haber conseguido muchos logros en inferiores, en primera división, tanto en Estudiantes como en los otros clubes que dirigí, pero ese logro es el máximo porque era poner a Estudiantes dentro del básquet nacional y se logró. El momento fue inolvidable, tuve la suerte de abrazar a mis dos hijos y que se me escapen algunas lágrimas en ese primer momento. Los abracé muy fuerte y les dije que esto era producto de la pasión, que no lloraba por otra cosa que no sea de alegría, y que todo lo que hicieran fuera con la pasión de saber que no hay que dejar nada, entregar todo, y el destino dirá donde terminan. Gracias a dios se dio ese tan lindo ascenso.

¿Cómo recordás esa victoria ante Pilar que les dio el ascenso?

El primer partido fue muy parejo en Pilar. Hicimos un buen juego, lo tuvimos para definirlo a falta de un minuto con una contra de Bareiro que fue a volcar una pelota para ponernos cinco puntos arriba, y creo que ahí se definía. Tuvo la desgracia de errar la bandeja, nos igualaron con un triple y en el cierre pelota por pelota lo perdimos. Pero sabíamos que en nuestra cancha nos íbamos a hacer fuertes.

En el primer partido de local lo ganamos con bastante claridad. Los dominamos en todo, les corrimos mucho, los presionamos mucho. En el tercero nos complicaron un poco al inicio porque fueron a una defensa zonal al inicio y nos complicaron un poco el goleo, pero enseguida ajustamos algunas cosas en defensa. Este era un equipo que defendía, presionaba mucho en todo el campo, muchas alternativas, lo pudimos hacer y sacamos ventaja sobre todo con el ataque rápido. En un momento llegamos a sacar 20 puntos. Después Bendel y Serantes salieron por faltas personales y se acercaron un poco, pero supimos manejar la diferencia y llegamos bastante cómodos al final del juego. La verdad que fue una alegría enorme.

¿Qué lugar de importancia tiene ese logro luego de haber logrado mantenerse en el Federal durante todo este tiempo?

Viéndolo a la distancia es la piedra fundamental. El haber logrado el ascenso permitió que Estudiantes jugara el Torneo Federal y fuera dando pasos cortos y seguros. Mantenerse en la categoría fue el objetivo principal de los primeros años, con presupuestos muy bajos para el nivel del torneo, pero pudimos lograrlo deportivamente. Después de tres torneos que dirigí al equipo, por mi otra función en el club di un paso al costado y siguió Mauricio López, que hizo un gran trabajo manteniéndose también. Después llegó ese histórico torneo que jugamos una final para ascender al TNA, que lamentablemente no se dio. Estudiantes a medida que pasó el torneo se consolidó, fue siendo protagonista y hoy es uno de los cuatro o cinco equipos que jugaron todas las ediciones, y eso realmente enorgullece. Por supuesto que nos hubiera encantado ascender, pero no descender y mantenernos compitiendo dignamente, con el apoyo institucional creciendo día a día, con todos los avatares que fue pasando el país desde lo económico hasta en un momento cambiar la localía, no jugar en nuestra cancha, tener que jugar en Unión Vecinal, en Casa de Cultura. Después tuvimos la suerte de tener el Country, que era nuestra casa, y ahora tener UNO, obviamente hace que el equipo pueda jugar y entrenar en el mismo lugar, cosa que en los primeros Federales no podíamos hacerlo. De todos modos pudimos, con muchísimo trabajo y esfuerzo de toda la gente del club, trabajar para poder estar cerca de dar el salto de calidad a la próxima categoría.

Por último, no quiero dejar de agradecer a toda la gente del club, pero particularmente al profesor Omar Souto, que era el Secretario de Deportes y nos abrió las puertas para poder armar un plantel de competencia y que lograra el ascenso. Al cuerpo técnico de ese momento, con Fernando Rial como profe y Mauricio López como asistente. Al grupo de jugadores de Primera División y los juveniles que lo integraron, que se mataron entrenando a cualquier hora y en cualquier lugar. A Marcelo Cametho, que se sumó al final, Diego Raimundo, Waldo Nisi, Bruno Salomone, y nuestras familias, porque hemos tenido muchas ausencias por tener que viajar mucho, por entrenar mucho y trabajar mucho, y eso hizo que tuvieramos muchos fines de semana, cumpleaños y festejos que no pudimos estar, y solamente los que lo vivimos sabemos la cantidad de horas que le dedicamos a esto y el esfuerzo que se dio. A veces uno pierde tiempo para estar con su familia, con sus padres o con sus hijos y eso es un esfuerzo grande, pero en pos de un merecidísimo premio que fue el ascenso. A mi personalmente, siendo hincha de Estudiantes y habiendo dirigido más de 23 años en el club, me dio muchísima satisfacción y un orgullo enorme, y algo que va a quedar en mi por siempre y me lo llevaré cuando ya no esté más en este mundo como uno de los recuerdos más importantes de mi vida.

 

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