En la previa de lo que va a ser su gran noche homenaje, Nicolás Gianella habló en exclusiva para Diagonal Al Aro y recorrió las diferentes momentos que transformaron al base en el jugador más emblemático de la ciudad de La Plata.
Los días pasan y se asoma lo que va a ser el último gran show del Mago. Carlos Nicolás Gianella decidió ponerle punto final a su exitosa carrera de la mano de una noche mágica en su casa, el Polideportivo Víctor Nethol y junto una constelación de estrellas que volverán a acompañarlo sobre el parquet.
En la previa de lo que va a ser tu gran noche, la noche homenaje, ¿cómo venís viviendo esta semana previa?
Se vive con mucha ansiedad, la verdad es que a medida que se va acercando la fecha, la ansiedad va subiendo. Tengo muchas ganas de que llegue el sábado para que puedan pasar los nervios y poder enfocarme un poquito en el disfrute.
¿Imaginabas un cierre de esta magnitud con una fiesta del básquet como va a ser la noche del sábado?
No, no, nunca pensé en un partido de despedida en mi vida. Ni en los mejores sueños y la verdad que cuando me lo propusieron un poquito me golpeó, me shockeó primero por el perfil mío, bajo, que nunca me gustó mucho estar ahí en el centro de atención, en el frente de las cámaras.
Después un poquito empecé a digerirlo y a entender lo que significaba, que hayan pensado bien para hacerme ese tipo de cariño y ese partido es algo que no podía dejar pasar. No me iba a perdonar en toda mi vida no hacerlo, así que entendí que iba a ser increíble y hermoso.
Pesó mucho pensar que mis hijos van a poder vivir un momento así conmigo, con amistades, gente cercana y sé también que se da toda la situación por la gente de Gimnasia. Hay un grupo de hinchas que son muy fanáticos en este caso Damian Marinoni y Pato Crivaro, un amigo, que se han movido muchísimo, la verdad que han trabajado mucho. Cuando me contaban todo lo que hacían no lo podían creer y en algunas cosas que me pedían me agradecían a mi y yo les decía: “por favor no me digas ‘gracias’ de nada”, con todo lo que hicieron cada vez que me agradecían pasaba vergüenza (risas).
Hay cosas que no se ven desde afuera del básquet como lo es la vida del jugador. Quién quizás por un buen rendimiento o no en lo individual o en lo colectivo, le toca jugar en Comodoro Rivadavia y por un corte, se lo termina llevando al norte del país.
¿Cómo se convive también con eso, con esa vida nómade de vivir en departamentos vacíos, no de muebles, sino vacíos de recuerdos, de historias?
Es muy difícil, la vida de deportista es muy difícil. Yo tengo la suerte de tener a la mujer que tengo al lado, que es la que me acompañó siempre, estuvo conmigo, y no solo que me acompañó, sino que disfrutó cada experiencia . Eso es lo más difícil de conseguir, hay muchos jugadores que tienen que seguir su recorrido solo, dejar la familia de lado. Yo tuve la suerte de que mi mujer me acompañó en todo momento, y no solo que me acompañó, sino que en cada lugar por más que yo sabía que era un lugar de paso no me gustaba ni decorar la casa, ella decía “si estamos acá vamos a hacer que éste sea nuestro lugar”, entonces decoraba todo y se encariñaba con el lugar. Eso facilitó mucho en cuanto a los cambios que se fueron dando en mi carrera.
Años atrás ya habías barajado la posibilidad de retirarte del básquet y decidiste seguir jugando, ¿Por qué en ese momento tomaste la decisión de jugar un poco más?
Nunca lo declaré, si bien sabía que me volvía. Mi mujer me acompañó a todos lados, pero después de ese año en Peñarol de Mar del Plata, ella decidió que quería volverse de la casa, ya basta de mudanza y sin duda que la escuché, le dije bueno nos volvemos, pero en mi cabeza estaba la posibilidad de jugar en Gimnasia.
Es cierto que ese año terminé con algunos problemas físicos en Peñarol. Tuve un tobillo que lo tuve muy mal, yo no quería volver a Gimnasia en mala forma, siempre respeté mucho la camiseta, respeté mucho al club, quería volver en buena forma a aportar. No quería volver para la foto ni como referente, sino dar todo lo que yo le podía dar, así que hasta que no tuve claro que estaba bien físicamente, no di el ok para volver al equipo.
Si bien vos habías dicho que ibas a dejar el básquet,¿Cómo afrontaste esta última temporada en la Liga Argentina con Gimnasia entendiendo que capaz era el punto final de tu carrera?
La realidad es que dejar el básquet es muy difícil. Son 30 años de carrera, recién hablamos que a los seis años empecé. Sabía que me iba a costar mucho, pero también soy consciente de la edad en la que estoy y que hay circunstancias que por ahí ya no están al alcance de mi mano, como caso de lesiones y prefiero quedarme con las ganas de un poquito más, pero terminar en buena forma como terminé.
Creo que mejor cierre no podía tener. Sobre todo por terminar con la camiseta que yo quería, donde empecé y ahora termino en el club donde quería. Ahora con la confirmación de un partido despedida que era impensado para mí, todas estas cosas, la verdad que me dan la razón de que tomé la decisión en el momento correcto. Creo que dejó un buen sabor de boca porque siempre supe que quería estar en la cancha si estaba en buenas condiciones, si no no quería seguir. Pero bueno, no te voy a mentir que me quedo con ganas de un poquito más y prefiero que sea así.
Si hoy se juntará el Gianella de 45 años y hablará con un pibe con el Nico de 16 años debutando en gimnasia, ¿qué consejo le darías?
Mirá, pasa todo tan rápido y creo que a mi a veces me sobrepasó un poquito la presión
y le diría que disfrute un poquito más porque es una carrera hermosa, es un deporte maravilloso.
No me arrepiento y no tengo nada que decirme por todas las amistades que me dejó esto, que es lo más grande que me quedó. Al final uno termina y se empieza a dar cuenta que lo deportivo es importante, pero más es todo lo que uno cosechó y yo la verdad que en todo este último tiempo me sentí muy muy querido, así que me diría que disfrute un poquito.
¿Te vamos a seguir viendo vinculado con el básquet? quizás ahora es muy temprano, pero ¿Tenés ganas de continuar como dirigente, técnico o formador?
Es una de las cosas que pensé cuando terminé en Peñarol, que me volvía para casa y
empecé a pensar qué iba a ser después del basquet. Hoy, después de cuatro años y de cuatro temporadas, creo que lo tomo con mucha más calma. Si bien es cierto que quiero estar vinculado al básquet porque es lo que siento, lo que amo y lo que sé hacer, sé que tengo mucho para aportar, pero quiero tomarme el tiempo y la tranquilidad de elegir bien por el lado que sigo.
No me quiero involucrar con algo que quizás no sé si realmente es lo que me gusta,
así que voy a tener esa paciencia y también la siento, no siento ahora ninguna necesidad de salir diciendo: ¿ahora qué hago?
Habrá tiempo para estar tranquilo porque si me embarco en algo me lo tomo como al deporte, con mucha responsabilidad.
Mucho se habla también del legado Gianella ¿Qué consejo le darías a los más chicos, a esos que van a ver al poli con la camiseta número 10 y la pelota bajo el brazo? ¿Qué le dirías a esos que están dando sus primeros pasos?
Primero que disfruten mucho, que hagan muchas amistades.
Y después es que hay que tomárselo con responsabilidad, es el consejo y por experiencia que yo mismo viví. Si se toman las cosas con responsabilidad los resultados llegan, a veces no alcanza con la horita o la hora y media de entrenamiento. Si uno realmente quiere mejorar y dedicarse a esto hay que meter horas extras, ponerse un aro en casa si tiene la posibilidad, y el que no tiene lugar, que lleve la pelota donde sea.
Dejaste una huella no sólo en La Plata, sino también a nivel nacional, ¿Cómo te gustaría que recuerden a Nicolás Gianella dentro de 20 años?
Con todo lo que me encontré con este retiro. Gimnasia es un club muy especial, la gente es muy fanática recibí ese cariño, también recibí mucho cariño del ambiente, de mis colegas, de compañeros y rivales a los que nos hemos enfrentado.
Esto que estoy recibiendo es lo que me gustaría seguir recibiendo dentro de 20 años.
Mucho cariño y respeto sobre todo. La verdad que me siento muy agradecido.
¿Qué significa para vos Gimnasia y que le querés decir a la gente que te va a acompañar en tu noche, desde las tribunas y con vos en el parquet?
Bueno, muy agradecido con todos, primero, con los que hicieron posible el evento.
A Dami y a Pato, la verdad es que les voy a tener que hacer un monumento por todo esto, por lo que están trabajando (risas).
Y después, para la gente… agradecido por todo lo que me han demostrado. Sí volví y estiré tanto el retiro es porque estuve muy cómodo.
Me sentí muy querido en el club, me lo hicieron saber. Para mi y creo que para cualquier deportista que se ponga la camiseta del club del cual es hincha, es lo más grande que te puede pasar, más tener un cierre así, sentirme tan querido y tener un partido despedida es algo que va a quedar para siempre. Son solo palabras de agradecimiento.
En Diagonal al Aro desde 2021. Periodista Deportivo recibido de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP. Colaborador de la página de la Liga Nacional, Pick and roll. Nacido en Mar del Plata, viviendo en La Plata.