Los seis conquistadores platenses

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Hoy se conmemora el día internacional del deporte universitario y nosotros recordamos a la selección nacional de básquet de universidades se consagró campeona, en el año 2004, del campeonato sudamericano de esta índole. Para desenterrar este desvalorado logro, dieron su palabra los protagonistas y de esta manera, revivieron la gesta de este plantel, integrado por seis jugadores platenses.

|Por Francisco Messina/@fraanmessina y Martín Montero/@tinchomontero

La universidad Nacional de La Plata, año tras año, disputa los Juegos Nacionales Universitarios que se realizan a lo largo y ancho del país. En el 2004, la sede fue Rosario, y la institución de la ciudad se adjudicó el cuarto lugar puesto. A partir de este torneo, el Comité Deportivo universitario decidió que algunas disciplinas, entre ellas el básquet, participaran en el Campeonato Sudamericano Universitario, que se disputaría en la ciudad de Concepción, en el país vecino de Chile.

Para el cargo de entrenador del equipo, el comité dispuso de un concurso, que fue ganado por el entrenador Raúl Vanzetti, que se encargaba del equipo de la UTN de Rosario. El puesto de asistente estaría en manos del entrenador del conjunto de la Universidad Nacional de Litoral. Por ese entonces, quien dirigía a la UNLP era el profesor Javier Orlandoni. El uruguayo, como se lo conoce al actual director de deportes de la institución de la ciudad, había asumido el rol de entrenador del equipo en el año 1998, teniendo que reclutar jugadores para poder armar dicho plantel, y a  partir de ahí comenzar a competir tanto en la liga local, como en estos juegos nacionales. Tras un torneo plagado de lesiones, Orlandoni decide ceder terreno en los juegos, y termina en la cuarta colocación. Pero esto no opacaba las anteriores actuaciones del conjunto de camiseta azul, que venía de obtener podios en los torneos disputados entre 1999 y 2003.  Debido a este historial, el cuerpo técnico de la selección decide invitar a participar al entrenador platense de las concentraciones, y luego viajó a Chile, ya que el entrenador  entrerriano se bajó por motivos personales.

El plantel para que iría a defender los colores argentinos quedó conformado por Francisco Arnaude, Matías Hernández, Juan Ignacio Veleda, Carlos Portugal y Santiago García (Universidad Nacional La Plata); Alejandro Fernández, Ricardo Lastrico y Diego Cerutti (Universidad Tecnológica Nacional); Lucas Boselli e Ignacio Fernández (Universidad Nacional de Rosario); Marcelo Frías (Universidad del Litoral). Estos 12 deportistas realizaron dos concentraciones previas a cruzar la cordillera, una en la ciudad de Rosario y otra en la ciudad de Mendoza.

“El viaje fue bastante agotador”, señaló Juan Ignacio Veleda. “Fue larguísimo y contracturado, horrible” añadió Matías Hernández. “Salimos de la Escuela Anexa, de 50 y 117, y de ahí viajamos a Rosario”. Una vez que desembarcaron en la capital de Santa Fe, realizaron unos pocos entrenamientos, para aceitar la dinámica de equipo, y luego viajaron a Mendoza, donde concentrarían con el resto de las delegaciones de los diferentes deportes que iban a participar del torneo.

El primer partido fue ante el seleccionado de Uruguay. El conjunto uruguayo presentó un plantel que competía en la Liga Universitaria de su país, pero el equipo argentino fue muy superior y se llevó el encuentro por un cómodo 98-51. La figura del debut fue Santiago García, autor de 20 unidades. El siguiente cotejo fue ante la selección de Perú. “Ese partido fue
más parejo que el primero, pero igual pudimos sacar 15 puntos de ventaja en el primer tiempo. En el tercer cuarto nos desconcentramos y ellos se acercaron en el marcador, pero Ignacio Fernández la rompió en el último cuarto y pudimos jugar el partidocon Brasil mucho más aliviados”, señaló el base platense. El partido finalizó 76-64 y tuvo a Alejandro e Ignacio Fernández como goleadores, con 15 unidades cada uno.

En el tercer partido tocaba Brasil, uno de los rivales más complicados que tenía el conjunto nacional. Los brasileros eran muy fuertes físicamente, contando con jugadores de 2.10 metros y gran envergadura. Sin embargo poco les importó a los dirigidos por Javier Orlandoni, que jugaron un partidazo y se llevaron el triunfo por 88-71, con la figura de Carlos Portugal, autor de 36 puntos. “Con Carlitos entrenábamos mucho la puerta de atrás. A Brasil le metimos un alley oop tremendo, volcándosela en la cara a uno de los jugadores. A Raúl Vanzetti no le gustó nada, pero Javier le decía ‘dejalo jugar que es crack’. Ese es un gran recuerdo que me quedó de ese Sudamericano”, relataba Veleda.

El último partido del torneo fue con el organizador, Chile. Parecía estar todo en contra del combinado argentino, ya que el estadio estaba a su capacidad máxima, que eran alrededor de 3000 lugares, ocupado en su mayoría por estudiantes locales. Solamente había un grupo de 30 o 40 estudiantes argentinos que estaban en el polideportivo, porque ya habían terminado de competir y asistieron para alentar a sus compatriotas. “El partido con los chilenos fue el más duro, ellos habían ganado todos los partidos igual que nosotros. Armaron un equipo súper competitivo, tenían dos o tres jugadores jugando en la selección y otros jugando en la liga mayor de ese país. Eso nos complicó bastante” dijo el base respecto a los  trasandinos. El partido fue muy parejo, con los árbitros, de origen chileno, siempre inclinando la balanza a favor de los locales. En los últimos quince segundos, los de camiseta roja tomaron un lanzamiento y Lucas Boselli saltó para agarrar el rebote y tocó la red; los árbitros convalidaron el lanzamiento sin que la pelota hubiera ingresado.

Javier Orlandoni pidió un tiempo muerto para diagramar una salida de fondo. “Cuando pido el tiempo, un chileno de la tribuna, me escupe la tabla. Yo había mantenido la mesura
durante todo el juego, y encima a Vanzetti lo habían echado en el primer cuarto. Pero en ese momento se me saltó la cadena, y me quise subir a la tribuna a pelear. Pero los  jugadores  me calmaron y dibujé la salida. Cuando entraron al campo a realizar la jugada, salió todo al revés”, fueron las palabras del entrenador.

Quien recibió el balón fue Santiago García, quien jugaba en la posición de pívot, y corrió desde línea de foul hasta línea de tiros libres rival, y tomó un lanzamiento a pié firme. Con mucho de suspenso, la naranja ingresó, y Argentina pasó a ganar por un punto: 65-64. Como ninguno de los entrenadores tenía la posibilidad de pedir minuto, los chilenos sacaron  de fondo y el base llevó la pelota con mucha velocidad hacia el campo nacional, tirando sobre el cierre sin efectividad. Lucas Boselli tomó el rebote y cuando suena la chicharra arrojó el balón afuera de la cancha. Cuando los albicelestes estaban empezando a festejar, se produjo un hecho insólito: el árbitro chileno hizo sonar el silbato y cobró que la pelota se había ido de la cancha y que aún quedaban 0,4 segundos en el reloj. Todos los argentinos increparon al referee, pero tenían que, ahora sí, disputar la última pelota del partido. Los chilenos  sacaron del fondo de la cancha y, un jugador chileno, recibió el balón, picó la pelota y lanzó muy forzado. La pelota no entró, y Argentina se consagró campeón del Torneo Sudamericano Universitario, desatando la locura y la alegría de todos los argentinos presentes en Concepción.

Luego de la finalización del partido, se produjeron incidentes en el polideportivo de Concepción. “La cancha estaba llena de chilenos. El festejo tuvo que ser en el vestuario porque nos tiraban con botellas llenas de agua. Y cuando salimos nuevamente para intentar cortar las redes, el delegado del equipo de básquet se desmayó porque le pegaron con una moneda chilena que parecía un apoya vaso. Sin embargo pudimos llegar al vestuario y festejar en paz”, señaló el base.

El título en los Juegos Sudamericanos Universitarios ganado por Argentina fue único, por la presencia de seis integrantes platenses. “Ese viaje lo hice con amigos, sumado que el técnico era Javier, que además de ser entrenador es un amigo. Y ganar el torneo junto a ellos fue lo mejor que me pasó en mi historia basquetbolística”, cerró el protagonista. Pero también, en el año 2006, el propio Juan Ignacio Veleda formó parte de un nuevo plantel, que viajó a Curitiba, Brasil, y se volvió a alzar con la victoria, venciendo en la final a la verdeamarela.

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