La final que todos esperaban ver

Unión Vecinal y Platense definirán el sábado próximo quien será el campeón del torneo apertura de la APB. Las claves y detalles de los dos grandes animadores del torneo.

El primer torneo APB del año llegó a su punto álgido en donde los equipos dominadores de la fase regular se verán nuevamente la cara para determinar quién será el primer campeón. Con diferentes características, puntos débiles y virtudes, tanto Amarillos como Tricolores, tienen los recursos suficientes para imponer su juego en lo que será, sin dudas, una gran final.

Por un lado, esta Unión Vecinal. El conjunto dirigido por Raúl Ruscitti tuvo una campaña, más que sólida desde lo numérico, donde terminó primero y con un funcionamiento colectivo que creció considerablemente en comparación al torneo anterior, con la incorporación de Nicolás Montero y el regreso de Augusto De Marziani.

El conjunto supo construir una fortaleza inexpugnable, de local, en el Miguel García, donde no conoció la derrota y permitió menos de 60 puntos en contra por partido (59.7) y siendo la segunda mejor defensa del torneo con 65.5 puntos en contra por juego.

Con una formación que prácticamente sale de memoria con Montero, González, Heck, García y De Marziani, el Amarillo, en ataque pregona un juego estacionado, con buena movilidad de la pelota, donde el tiro exterior es un recurso, principalmente con Federico González, quien se erigió como el goleador del equipo en  la fase regular con 12.6 tantos por encuentro y con su punto más alto visitando a Astillero con 22 unidades en su planilla.

Otra de las claves para el conjunto de calle 9 será imponer su juego de pick and roll con la siempre interesante conducción de Montero y el aporte de Augusto De Marziani, que fue determinante en los tableros, promediando casi nueve rebotes por juego y su cuota goleadora en el poste bajo, donde se destacan los tres doble doble consecutivos, conseguidos frente a Astillero (23 + 14), Reconquista (11 + 16) y justamente, el rival de la finalísima, Platense con 26 unidades y 14 tableros.

Enfrente está otro equipo acostumbrado a este tipo de definiciones, el Tricolor de calle 21. Platense, al igual que su rival de turno, de local cerró invicto y demostró su poderío en ofensiva, siendo el mejor ataque de la competencia con un promedio de 83.5 puntos por juego, pero permitiendo 74.4 puntos, dejando en claro que no le teme al golpe por golpe, aprovechando su velocidad y verticalidad en las transiciones.

Sin dudas el juego interior puede ser el punto más frágil del equipo, donde en semifinales sufrió a Federico Erra y será un desafío, principalmente, para Lucas Jara y Pablo Herrera, como alternativa, contener la pintura rival.

El equipo comandado por Mauro Tartaglia, puede variar en su quinteto titular, pero a lo largo de la temporada demostró una inagotable fuente de recursos y variantes, con cinco jugadores promediando por encima de la decena y una media cancha que puede resolver el pleito si tiene una buena noche.

Matías Rausch creció considerablemente en la conducción, con intensidad en los rompimientos y mucho gol (12.4 puntos por juego), sumado al aporte Jara, Gabriel Cejas y Leo Aristú que pueden cambiar el semblante del juego, pero sin dudas, el jugador que se destacó en ataque fue Lautaro Noguera, El Laucha cerró la fase con un promedio de 20 puntos por juego, siendo uno de los máximos artilleros de la competencia, con su pico máximo frente a Estudiantes y Atenas con 31 y 29 puntos, respectivamente.

Si bien todo análisis previo se rompe al momento de volar la naranja por el aire, ambos conjuntos tienen variedad de recursos para quedarse con la victoria más importante del semestre. Juego estacionado, transiciones rápidas, variantes en el perímetro, poder de fuego en la pintura. Cada uno con su librito. Amarillos y Tricolores. Quien imponga su juego levantará el trofeo en el Polideportivo Municipal de Ensenada, en el duelazo, que todos esperaban ver.