Argentina y su eliminación: el dolor de no poder

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La Selección arrancó muy bien el cruce de cuartos pero se fue desdibujando y terminó sufriendo a Australia hasta terminar entre lágrimas. El subcampeón mundial se metió entre los ocho top pero no pudo avanzar.

|Por Prensa CAB | Foto: FIBA

No pudo ser para Argentina. La Selección fue de menor a mayor en este torneo olímpico y hoy, como ante España, tuvo un gran comienzo pero se fue desinflando, en gran parte por mérito de un gran rival como Australia, y no pudo llegar a un final cerrado. Los Boomers se impusieron 97-59 y se metieron en semifinales. El seleccionado nacional, subcampeón mundial hace dos años, no pudo repetir el alto nivel de juego de China, pero se metió nuevamente entre los ocho mejores de un Juego Olímpico, algo que hace décadas era casi una utopía. Argentina es una de las tres selecciones que lo ha logrado desde 2004.

“Duele perder así, estamos caliente, pero a la vez tenemos que estar orgullosos de haber llegado hasta acá y de haber estado junto a Luis, en este momento, porque él ha sido un antes y un después de su presencia”, comentó Facu Campazzo, en referencia al posible último juego de la carrera de Scola. Para el final, duro para todos, quedó la emoción de esos segundos en los que, argentinos y australianos, se pusieron de pie, pararon el partido y aplaudieron al capitán argentino que aún no anunció que se retira pero muchos creen que estos pudieron ser los últimos partidos de una magnífica carrera, como profesional y de 22 años en nuestra querida Selección. Posiblemente el fin de una era.

El arranque fue muy ilusionante. Porque Argentina impuso el ritmo de juego y llegó a sacar una buena ventaja (18-10). La fórmula fue subir las líneas defensivas –buenos seguimientos sobre Mills e Ingles, goleador y cerebro del rival-, acelerar el ritmo y apostar a lanzamientos veloces para no dejar plantar a la defensa rival. Calientes Laprovittola, Campazzo y Scola, los líderes ofensivos de ese muy buen comienzo que permitió ganar el período por 22-18.

Pero, de a poco, el partido comenzó a cambiar, en especial con el ingreso de Thybulle, el especialista defensivo australiano, quien marcó el camino. Tras alejarse 24-16, el rival secó a nuestro equipo. Se quedó sin gol cuando Australia lo llevó al juego lento y estacionado, sumó pérdidas (10 en la mitad) y cayó en la eficacia (4-14 en tripels). La buena noticia, hasta ahí, era que se sostenía con la muy buena defensa, cambiando las marcas, y la capacidad reboteadora intacta. Por eso se fue al descanso sólo abajo por 39-33.

Durante el tercer cuarto, Argentina sigue sufriendo la gran puntería de Australia (11-25 en triples) y la baja de la suya (6-19). Hasta que apareció Deck, con dos bombas seguidas. El rival se alejó pero la Selección acortó (51-45) tras siete minutos. Pero ese fue el último momento en el que Argentina pudo batallar. A partir de ahí, fue todo de los Boomers, que frustraron al equipo nacional, tomaron confianza, pudieron correr y demostrar su solidez y recursos.
Nuevamente al equipo nacional le costó sostener el ritmo, la eficacia y la menor capacidad física que tiene con los rivales. Un parcial de 13-0 en el último pusieron la ventaja en 25 (73-48) y el resto estuvo de más. “Nos faltó cabeza para poder pelear hasta el final”, aceptó Nico Laprovitolla, minutos después del final. Así el equipo se despidió del Juego Olímpico. Sin tanto rodaje, como en otros torneos, ni tan fino en la ejecución, enfrentando una gran oposición, no se pudo pasar de cuartos. Cosas que pasan en la elite del deporte mundial.
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