El hoy periodista y conductor del noticiero del canal Somos La Plata se brindó a una charla muy amena para contar sobre su amado club. Pero atrás de ese saco con corbata, hay un pibe que vivió en Berisso, a escasas cuadras de donde pasó toda su vida adolescente. Sus primeros pasos con el básquet, su experiencia como técnico, hasta las épocas más duras de la institución.
|Por Javier Toledo/@javitoledo20
En la búsqueda de personajes relacionados con la institución me comuniqué con Alejandro por mensaje de texto y cuando le nombré a YPF, instantáneamente se puso a disposición y aun siendo yo un completo desconocido para él, me convocó en el canal de televisión para realizar la entrevista. Luego de realizado el habitual noticiero de las 13, me recibió con su traje y corbata, con la complicidad de quien comparte algo que quiere y aprecia mucho.
¿Cómo te relacionas con el Club YPF?
Yo me relaciono a través del básquet, hay una familia muy arraigada a ese deporte que son los Piergiacomi, Chiche es una persona muy arraigada y Marcelo es como mi hermano. Yo lo conocí en la secundaria y ahí él me lleva al club, que ya jugaba al básquet. Medio de grande me toca arrancar, con 14 años. Pero después de esto, el club pasó a ser mi segunda casa. Yo vivía en Berisso y hacía 15 cuadras todos los días para ir al club. Ahí conocí más allá de marcelo a quienes son mis amigos, que más que amigos son familia. También son gente de mucha trayectoria, Sergio Ramírez, Gabriel Fattori, Fernando Andino.
¿De Norberto Piergiacomi qué me podes contar?
Norberto fue siempre el referente del club en lo que a básquet respecta. Era todo, el utilero, planillero, siempre fue el delegado ante la APBB, fue una persona muy ligada, hasta que cerró el básquet inclusive.
¿Vos viviste esa época del cierre del Club?
Si, ya la viví como periodista, en el año 1995, en ese momento ya estaba trabajando para el canal en Berisso. El club se empieza a cerrar de a poco lo que pasa es que hay un hecho puntual que es el día que van con las máquinas a voltear la pileta (NdR: era la pileta semi olímpica, la primera de la región). A mí me llaman para ir a cubrir el hecho, llego al lugar, hago la nota con el camarógrafo y la gente que estaba ahí se puso atrás de la máquina para impedir se la lleven. Yo después de terminar la nota dejé el micrófono y me puse con los vecinos ahí. Es una relación muy grande la que yo tengo con el club que te cuento esto y se me hace un nudo en la garganta. Para nosotros el YPF fue nuestra vida.
¿Estuviste cerca en el momento de la reapertura?
Es más, ahora hay un intento de reabrir el club. Estuve reunido con las autoridades de YPF, Quique Chávez que maneja la dirección de Relaciones Institucionales, el área de prensa y me comentó que tiene la idea de reabrir el club. A la institución la voltean en un acto terrible. En esa oportunidad faltó cintura política, no sé de quién, pero hoy en día es una locura pensar en el cierre de un club.
¿Este hecho tuvo que ver con la privatización de YPF?
Claro, Repsol fue la que tumbó este y otros clubes a lo largo del país también. Ellos decían que tenían que replantar árboles alrededor de la destilería. Está bien, hay que plantar árboles, pero no eliminar un lugar donde iban cientos de pibes a practicar deporte y sacaban a los chicos de la calle.
Me imagino ver a toda la historia del club parada, la angustia que te debe generar..
Totalmente, es terrible, más teniendo en cuenta lo que es el club ediliciamente. El gimnasio que hoy está destruido era un gimnasio enorme con tribunas de cemento para 4.000 personas. Era impresionante. Lo he visto con mucha gente y la verdad que impresionaba. Incluso Gimnasia, que en esa época era el mejor equipo de la zona, cuando no podía jugar en el Poli (Victor Nethol, su sede), jugaba en el gimnasio de YPF. Pero más allá de la cancha, los vestuarios, la cancha de tenis (NdR: fue el pilar del club en los comienzos, promediando el año 1925), la cancha de bochas no era una tradicional, estaba dentro de un quincho, tenía un cuidado especial. Las parrillas en el fondo, una pileta importantísima que era semi olímpica, otra pileta con otro quincho más, le daban una impronta muy importante. Sin dejar de lado el Jardín de Infantes, que yo no fui, pero mis amigos si fueron.
Alejandro con el correr de la charla se lo notó emocionado, hablaba con pasión de su club. Es tal la apropiación que generaba, que en sus cuatro años como jugador, desde los 14 hasta los 18, si bien aprendió, nunca logró posicionarse ni establecerse en el primer equipo de mayores. Es por eso que cuando culminó su trayectoria como jugador, convenció a los dirigentes de continuar ligado al club pero desde la dirección técnica de la categoría Juveniles y también se hizo cargo de las categorías del femenino, menores y mayores. Con los juveniles masculinos, logró un meritorio quinto puesto en el año 1986.
Básicamente pasaste tu vida en el club…
Si, una de las cosas que hicimos fue de conseguir de una persona que hace camisetas, le dimos el modelo e hicimos la réplica de las camisetas que habíamos usado en aquella época.
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